«Padre me pongo en tus manos,

haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy gracias»

Este 28 de julio 2017, nuestro capellán, el P.Alberto Sardá, cumplió 25 años de sacerdocio. Momento especial para dar gracias por su pastoreo, por su vocación de entrega sencilla, de escucha atenta.

El P. Alberto desde que comenzó en el colegio como capellán, experimentamos una inmensa sintonía de corazones, es sacerdote diocesano y al poco tiempo de estar en la escuela se preparó para sellar Alianza de amor con María ya que quiso desde el primer momento ser su instrumento.

Comenzó  a celebrar junto a otros cuatro sacerdotes diocesanos que cumplían aniversarios en esos días en la Iglesia de San Nicolás del centro en la que presidió la Santa Misa monseñor Franzini. Fue una celebración muy profunda y compartida con una multitud de feligreses que querían pedir por sus pastores y agradecer a Dios por su presencia en sus comunidades. Las palabras de Mons, fueron muy acertadas, claras y contundentes, al renovar la conciencia que ellos en su ministerio son solo como burritos que llevan al Señor, que lo trasladan y acercan a los que màs necesitan, entre otras ideas centrales y sentidas.

Nos pidió que rezáramos siempre por más vocaciones sacerdotales y por la fidelidad de aquellos que han entregado su vida a este misión.

Pero luego lo recibieron en Rivadavia donde el matrimonio Escudero pudo acompañarlo y  al finalizar la semana celebro en el Algarrobal, su parroquia, Virgen de Fátima. Allì pudimos escuchar sus palabras más profundas, el poder captar la vos de Dios, su Padre en las lecturas del día que hablaban de su historia y su entrega, agradeció a tantas comunidades que compartieron esta historia y renovó  con nuevo entusiasmo su ministerio.

Fue muy lindo el gesto de nuestro Dios para con nosotros como colegio, ya que ese día, sin saberlo fue presentado a la comunidad Amadeo Ozcoidi un hijo de un egresado y con el bebé nos bendijo, la bendición de Dios Padre llena de gracias por este momento especial, impartida a través de este niño con su ternura y pureza.

Una vez mas agradecemos la conducción de nuestra Madre, en nuestro camino, el habernos puesto al P.Alberto quien nos ayuda, anima, acompaña y nos regala la presencia Eucarística cada semana.