Nery se formó en su educación primaria en el Instituto Mariano de Rodeo de la Cruz. Allí pudo comenzar a conocer la pedagogía de Schoenstatt. También sus padres fueron integrantes del primer grupo de familias del Movimiento, aquí en Mendoza. Esto lo fue perfilando desde chiquito en esta pedagogía, y cautivando su corazón hacia la Virgen María. Sus estudios secundarios prosiguieron en el Colegio Leonardo Murialdo de Villa Nueva, donde pudo seguir creciendo en su vida de fe. En estos tiempos comenzó a integrar un grupo de la Juventud Masculina de Schoensttat.
La historia y la Providencia le tenían un trabajo muy especial reservado para su futuro. Cuando Jose Luis Ovejero y Liliana Michelini llegan desde Orán, luego de tener una experiencia como docentes en un Colegio, comienzan a pensar en la importancia de fundar un Centro Educativo en Mendoza, bajo los lineamientos de la pedagogía del Padre José Kentenich. Es así que comienzan a contagiar este entusiasmo a muchas personas que de a poco se van sumando al proyecto. El Centro Educativo Dios Padre nace en 1992 en la Parroquia de Rodeo de la Cruz, en las aulas que están detras, gracias a la ayuda del Arzobispado.
La obra comienza a tener sus frutos, y llega la posibilidad de tener un terreno propio gracias a los créditos que comienzan a otorgarse desde el Gobierno de Mendoza por medio del proyecto Empresa Joven. Rápidamente también se consigue la compra del terreno que hoy ocupa el Colegio, en la Vuelta de Salcedo. Y es aquí cuando la Mater llama a Nery Pizarro, reciente egresado de la UTN como Ingeniero Civil en construcciones, que a las órdenes del ingeniero Tito Michelini, comienzan a diseñar y planificar lo que hoy conocemos como el Centro Educativo Dios Padre.
La Obra fue ardua y sin tregua. En un año, el edificio que hoy ocupa el sector primario fue terminado y el Colegio pudo tener su casa propia, en un terreno hermoso de 4 hectáreas, desde donde la Obra de Dios Padre ha sido un pilar de formación en Mendoza.
En el año 1997, el Colegio es parte de un plan piloto de la DGE en el que se implementa el 7° grado secundarizado, y el profesor Nery Pizarro prosigue su tarea, pero ahora desde otro ámbito, el docente. Fueron años intensos, de crecer dando lo mejor con escasos recursos, siempre luchando por mejorar la infraestructura del lugar, pero por sobre todo, de poder brindar todo lo recibido de la pedagogía kentenijiana.
El profesor Nery dejó en estos años grandes vínculos entre compañeros, familias y alumnos. Supo enseñar una ciencia tan dura como la Matemática poniendo su corazón y diseñando estrategias que privilegiaran la autonomía y el respeto por la originalidad de cada educando; pero sobre todo brindando su pasión, conocimiento y su alma para enseñar más allá de la ciencia, a ser mejor persona, a encontrar el ideal de cada uno, a seguir la vocación de cada uno respetando la vida y fomentando las vinculaciones, siempre dando muestras concretas del amor que Dios Padre y la Virgen nos tienen.
26 años han transcurrido de su labor educativa en nuestro Colegio, su hogar. Hoy deja su labor docente, pero nos seguirá acompañando siempre como pilar de nuestra Institución, con su apoyo y consejos, y por sobre todo con su experiencia como «constructor de sueños».
Gracias profesor Nery! la tarea está cumplida!!! Aquí queda tu hogar, transitando los tiempos más nuevos, con nuevos desafíos que gracias a tu gran aporte podrá seguir creciendo. Que Dios Padre y la Virgen siempre te acompañen en los nuevos caminos! Los que tuvimos la dicha de conocerte te vamos a extrañar!!!
Prof. Arturo Osaderuk
Gracias a todos. Cuando comenzó el colegio yo solo fui un apoyo moral.
Lo que hice luego en el colegio, polimodal, no podría hacer mi aporte sin la compañía de muchos más. Vuelvo a agradecer porque esto solo puede venir del Dios Padre.
Excelente testimonio prof. Arturo. Gracias por tus palabras. Han transparentado la presencia de Nery en el Dios Padre.
Ambos, supieron indicar el camino. Gracias por todo!
Nery querido! felicitaciones por tan hermoso y fecundo camino recorrido! Dios Padre te bendiga en abundacia y la Mater te cobije cada día. Abrazo grande! Tu hermano, Fabián