El colegio es un Centro de mucha vida y sorpresas. Cada acontecimiento como nos lo enseña nuestro Padre Fundador, el Padre Kentenich, son regalos del Cielo que agradecemos enormemente.

 

En esta oportunidad tuvimos la visita de tres sacerdotes schoenstattianos de Chile que venìan de paseo a Mendoza. Los hermanos Michelini los habían invitado a sus bodegas en Tupungato, mostrarles sus emprendimientos, el trabajo con la tierra y la viña, las características de cada lugar y sus formas de elaborar el vino tan típico de nuestra provincia.

Cada uno de ellos, nos enriquecieron con su presencia.

El Padre Juan Ignacio Pacheco, compartiò con los nosotros los primeros años de fundaciòn del colegio cuando èl empezaba el noviciado para ser sacerdote, no volvìo màs a Mendoza (hacen 26 años). Es el autor de MARÌA DE LA ALIANZA que nos identifica tanto como colegio.

El Padre Claudio,es asesor de la Juventud Masculina y capellàn de dos colegios con la pedagogìa kentenijiana en Chile, asique sabe de colegios, niños, jovenes y educaciòn 🙂

El Padre Agustìn, es monje contemplativo de Schoenstatt, vive en un monasterio en Chile. Pudimos aprender como es este estilo de vida y de apostolado especial.

Por supuesto que no podìan venir a Mendoza sin pasar por el Santuario, la casa de nuestra Madre y Reina de Schoenstatt, celebraron allì la Eucaristía con pocas personas que los acompañàbamos. Por deseo de la Providencia el Evangelio nos mostraba lo «exagerado» que es Jesús (como decìa el Padre Juan Ignacio), exagerado en sus manifestaciones, exagerado en su amor y misericordia, y nos invitaba para ser nosotros fieles a este Evangelio y aprender a ser exagerados en el perdón, en el agradecimiento….

Pedimos especialmente por nuestra Julia Farache con todas las fuerzas y por las vocaciones sacerdotales y nuestro querido colegio…

 

 

 

También visitaron el colegio, justo para compartir con los chicos de primaria la salida de la mañana, saludaron, se presentaron y rezamos juntos cantando la canciòn que con emociòn el Padre Juan Ignacio nos regalò.

Un desayuno con las directoras y secretarias, una visita a nuestra Capilla y el colegio contàndoles nuestra tarea. ilusiones y preocupaciones y luego compartimos un almuerzo antes de regresar a Chile.

Uno de los momentos mas lindos para Jose Luis y para mi, fue cuando le mostramos al Padre Juan Ignacio el cuadro que conservàbamos de él en la direccion del secundario. Ese colage fue hecho por el seminarista joven con la fuerza del primer amor y ahora ya sacerdote renovando esos ideales.

Para nosotros fue tambièn renovar los primeros impulsos, agradecer todo lo que en estos años hemos crecido con la manifestciòn del poder y bondad de la Reina del Centro Educativo y la certeza que pertenecemos a una familia grande, que no tiene fronteras sino lazos espirituales que nos sostienen y enriquecen.

Gracias por este regalo inesperado y sorprendente!

Liliana Michelini de Ovejero.