Hace unos años que el Consec (Consejo de Educación Católica) organiza en el “Santuario Nuestra Señora de Lourdes” en El Challao, la misa de inicio del ciclo lectivo para los colegios de profesión católica en Mendoza.

En esta ocasión, dicho encuentro comenzó con una peregrinación con los alumnos de los séptimos años del nivel primario y los quintos del nivel secundario de los colegios más lejanos de la provincia: Lavalle, San Martín, Tunuyán; por nombrar algunos, más los del gran Mendoza fuimos a celebrar juntos la Eucaristía.

 

“Nuestros jóvenes vinieron no como manada,

sino, como los discípulos de Emaús, anunciando la vida…”

Monseñor Marcelo Mazzitelli

Es hermoso ver la cantidad de jóvenes que caminaron hacia el santuario con la alegría propia que debe identificar a todo cristiano. ¡Así se vive la fe! Manifestándola en cada gesto de nuestra vida. No sólo sabiendo las verdades de la fe cristiana; sino amando como Jesús nos amó. ¡Y vaya que saben amar nuestros jóvenes!!!

¡“Dios Padre” dijo presente!

“Peregrinar”, no es caminar como quien anda por ahí “reboleando la pata” (lunfardo menduco); sino, de aquel que camina hacia “lo sagrado”; es decir, hacía el santuario; lugar de peregrinaciones, hogar de peregrinos, morada donde Cristo y María ofrecen su cobijo a todos aquellos que vamos a su encuentro.

Hacia allá íbamos, también con un “motivo sagrado”: ¡LA VIDA! Don absoluto de nuestro Padre Dios. En este tiempo, en que la vida de los más pequeños está amenazada por leyes humanas; gritemos a tiempo y a destiempo que la VIDA es lo más sagrado que tenemos los humanos.

Testimonio de fe

Y a que no saben ¿qué? Fue invitada Luz Mercol, virreina nacional 2019, quien al finalizar la elección en la fiesta central de la vendimia en el teatro griego Frank Romero Day, frente a miles de mendocinos y turistas rezó el “Bendita sea tu pureza” a Nuestra Señora de la Carrodilla, quien fue ignorada el día anterior por las autoridades de turno en el carrusel. ¡Fuerte el aplauso!!!

Su testimonio juvenil que no dista demasiado en años de nuestros alumnos de quinto, fue fundamental para demostrar que no hay vergüenza en ser cristianos. Y que las dudas y los titubeos de fe en la adolescencia y la juventud, son partes de la madurez cristiana. Cristo, ¡vale la pena!

Monseñor Marcelo Mazzitelli nos dijo…

En este tiempo de cuaresma, no dejemos de fortalecer nuestra fe, purifiquémosla de todo aquello que la vuelve tóxica para que la próxima Pascua de resurrección, nos encuentre con una fe renovada en el Señor de la Vida. ¡Pónganse la camiseta de Cristo Jesús y anímense a amar como él nos amó!

“Hoy, con la mirada de Jesús y María, seamos hogar”

Profesor Carlos M. Lucero