El sábado 28 de mayo a las 9hs. nos convocamos en la entrada del B°Benegas, aledaño al Santuario de Schoenstatt en la Puntilla para comenzar nuestra peregrinación a la PUERTA SANTA como docentes del colegio Dios Padre.

En este AÑO DE LA MISERICORDIA queremos recorrer el camino que nuestro Papa Francisco nos propone hacia el interior de nosotros mismos para encontrar allí el MAR DE MISERICORDIA que nuestro Señor nos tiene preparado.

Esta peregrinación por el terreno de nuestro Santuario simboliza nuestro camino interior. No lo hacemos solos sino en COMUNIDAD, por ello lo primero que hicimos fue conversar de dos en dos sobre tres preguntas: ¿Cómo he descubierto las misericordias de Dios en mi vida? ¿qué es lo que me preocupa en estos momentos? y ¿Cuáles son mis anhelos? nos resultó muy corto el recorrido hasta la ermita porque la apertura de corazones fue muy grande. Muchas cosas no alcanzamos a compartir pero lo que nos contamos quedó grabado en nuestro corazón y fortificó nuestros vínculos. Nos ayudó a mirar al otro (no solamente a uno mismo) y a compartir alegrías y tristezas profundas.

En la Ermita de la MTA miramos a María como Madre nuestra, la primera que tomó posición de ese lugar y la que está dispuesta a comenzar la subida (del cerro) y ayudarnos en nuestros anhelos y aspiraciones sobre todo en momentos en que vemos todo difícil y cuesta arriba. Comenzamos allí el rezo del rosario de la misericordia. Cada misterio nos trasladaba a un Evangelio en el que se manifestaba la misericordia de Jesús ( la mujer adúltera, el hijo pródigo, el buen ladrón, la multiplicación de los panes…) luego de cada meditación realizábamos un gesto con nuestro compañero de camino que nos alentaba a ser misericordiosos como Jesús (bendecirlo, abrazarlo. pedir perdón y perdonarlo…)

Llegamos a la Inmaculada, allí nuevamente Ella, la Madre de la Misericordia, resplandecía en su belleza. Reflexionamos sobre Ella como FARO. La que supo escuchar la voluntad de Dios y  ponerse enteramente a su disposición. Así pudo ser PLENA, INTEGRA. Así nosotros somos amados por el Padre
Dios, no por nuestros méritos sino por ser sus HIJOS ¿Qué misión nos encomendó? ¿Cómo respondemos a nuestro ser y misión? Cada uno también como los chicos en sus peregrinaciones, tenía su hoja de ruta, allí podíamos ir escribiendo nuestras ideas o lo que iba pasando en nuestro corazón.

El día estaba muy frío pero algo nos hacía arder nuestra alma, como a los discípulos de Emaús. Decidimos ir al oratorio del Padre a tomar unos mates y seguir conversando. Allí nos encontramos con dos señoras de La Rioja, que estaban por una jornada de la Campaña del Rosario, se unieron a nuestra peregrinación. En el oratorio, Gladys y Adriana (directora y vice directora de la primaria) nos contaron la visita que ruvieron hace poco al museo del Padre en Florencio Varela y sus vivencias con el Padre Fundador, estó generó un intercambio de experiencias con este vínculo. Las señoras riojanas se sorprendieron del amor filial de todos, por los comentarios y anécdotas que surgieron y nos agradecieron porque siendo misioneras de María tenían descuidada su vinculación con el fundador que desde ahora se comprometían a profundizar.

Como en cada peregrinación estuvo presente Fer Banille para tener un momento con el P. Kentenich en ese lugar especial. Al principio él también nos contó un episodio personal con el Padre José y luego sus cuatro tips para conocer al Padre: Kentenich I (el padre experimenta la misericordia divina) Kentenich II (El Padre José como instrumento de misericordia) Kentenich III (nos tomamos de la mano del Padre Fundador) Kentenich IV (él nos pide la mano para que lo ayudemos en su misión) Agradecemos enormemente la presencia de este joven transmitiendo de forma amena y con mucho convencimiento su amor al fundador y su ánimo de ser fiel seguidor.

El Padre Albero Sardá, nuestro capellán, durante toda la peregrinación estuvo confesando, para muchos ese fue el principal encuentro con la MISERICORDIA AMOROSA DEL PADRE… Culminamos esta peregrinación ENTRANDO POR LA PUERTA SANTA con actitud humilde y sedienta de amor. En el Santuario participamos de la SANTA MISA , celebración del Corpus Christi, escuchamos la Palabra: Multiplicacion de los panes, recibimos en nuestro interior el CUERPO Y SANGRE de CRISTO, que nos fortifica y anima para ser testigos de su amor.

Nuestra Madre de Schoenstatt, desde su trono de gracias, nos acompañó en cada instante y ahora nos promete fidelidad en el día a día, en nuestra misión de educadores que quieren ser instrumentos útiles en sus manos.