Este 18 de mayo, como cada mes tuvimos la posibilidad de renovar nuestra ALIANZA DE AMOR CON LA SANTÍSIMA VIRGEN, en la Celebración de la Santa Misa. Por la mañana, nos visitó el Padre Mario Panetta, que hace unos años atrás fue capellán de nuestra Escuela. Siempre es una alegría volver a recibirlo y compartir con él un momento tan especial. Por la tarde, celebró nuestro querido capellán el Padre Alberto Sardá.

¿Saben por qué cada 18 de mes renovamos nuestra Alianza de Amor con María?

• Nos unimos de esa manera a la fuente original de gracias, a la primera alianza de Amor de 1914, al Santuario Original y a toda la familia de Schoenstatt.
• Lo hacemos en lo posible con la Celebración Eucarística todos juntos. Es la misa mensual compartida.
• Ofrecemos (y en lo posible quemamos) los capitalarios de ese mes. Y pedimos por las intenciones de toda la comunidad educativa.

Al inicio de la Misa escuchamos lo que el Padre José Kentenich dijo un 18 de mayo (en Estados Unidos, 1956), que nos lo dice a nosotros: “ Es algo peculiar lo que sucede con el amor. El que se ve captado alguna vez por el amor, hace saltar los límites habituales de la vida y las costumbres cotidianas. No se cansa de decir una y otra vez lo mismo. A los ajenos le resulta aburrido. Pero quien está captado por el amor puede repetir siempre: te amo, te amo, te amo.

Gracias a Dios, esto no es así sólo entre los hombres, sino también en Dios ¿Por qué lo digo? Porque hoy celebramos nuestro día de alianza. Por eso quisiéramos decir: ¡Gracias a Dios que tenemos la oportunidad de renovar como comunidad nuestro amor, nuestra alianza!  Y digo nosotros, es decir: nosotros como comunidad tenemos cada mes la ocasión de expresarle a la Santísima virgen nuestro amor. Mientras decimos, en común, Madre, te amamos, escuchamos desde el cielo la respuesta: Familia de Dios Padre, también yo te amo. Te amo íntimamente, te amor fuertemente, te amo con un vigoroso espíritu de sacrificio”

Este mes renovamos esta alianza de amor con María llenos del Espíritu Santo, del Espíritu de Pentecostés, llenarnos de la energía de su amor y ser enviados con la fuerza de su poder.